El aseo

El aseo de los niños siempre fue conjunto desde que Joaquín puede recordar. En una bañera, que en aquel entonces parecía una piscina, los dos varones se bañaban juntos, pues aún la prince era muy pequeña para dejarla en manos de aquellos dos.

Había cosas que eran siempre rutinarias:

* La espuma en el agua.
* Los miles de juguetes, entre ellos el barco pirata de los 'clic'.
* La forma de lavar las partes intimas, para evitar la fimosis.
* Jugar a cronometrar el tiempo de cada uno con la cabeza bajo el agua.
* Y no podía faltar, las arrugas en la piel de los dos energúmenos.

Al final salían de la bañera y terminaba lo que para ellos había sido como ir a la playa.

Juegos

Una vez acabados los berrinches por la desaparición de las maquinas de construcción, todo volvió a la normalidad.
En el cole se seguía jugando con lo del armario, al juego de las sillas ... y algo más.

Habían comprado un tobogán que se instalaba encima de una mesa, de esas muy amplias que tenían. Así que subiendo por una sillita se llegaba a la mesa donde la maestra les sentaba en el tobogán, luego se dejaban caer, como pesos muertos y terminaban en una colchoneta que frenaba totalmente la caida de los pequeños. Se lo pasaban bomba con ese artilugio, era como estar en el parque a la salida de las clases, lo único que cambiaba era la seguridad. Nada como un buen tobogán de plástico sobre una mesa de madera. Joaquín cuando lo piensa no recuerda exactamente quien estaba encima .. cuando se hundió el chiringuito.

Otro regalo

Habían pasado unos pocos días tras la vuelta al cole, entonces fue cuando llegó un amigo de sus padres. Les regalaron a los dos chicos unos coches de juguete, bueno coches, eran unas máquinas amarillas de construcción. A la prince, le regalaron ropita.

Al día siguiente empezaron las disputas por las maquinitas, que si dejame esa, que si esta es la mía, que si, que no ...

El caso es que el pequeño Joaquín salió corriendo por el pasillo con un buen trofeo, la maquinita de construcción que a él le gustaba. Acto seguido la otra maquina voló por el aire hasta darle en la cabeza al joven victorioso que corría como alma que llevaba el diablo ...

Lo siguiente que vieron los ojos de Joaquín fue a su madre haciéndole la respiración artificial, al parecer tras los primeros lloros se había 'encanado' y había terminado por perder el sentido ... y las maquinitas nunca mas se vieron.

De vuelta al cole

Las navidades ya tocaban a su fín, y Joaquín le daba pena que los reyes magos viniesen al final de las vacaciones.

¿No podrían haber llegado al principio para jugar con todos sus juguetes más tiempo?

El caso es que tenía muchas ganas de volver a clase para poder jugar enseñarle a Luis todo lo que le habían traido este año, que no era otra cosa que lo mismo que a su hermano mayor, pero aún así eran cosas que le llamaban mucho la atención.

Una paloma de papel plastificado con partes más duras que si le dabas cuerda .... volaba.
Un camión semiteledirigido y un coche semiteledirigido. (con cable)
Un paracaidista que terminó desapareciendo por una ventana .... la misma que daría mucho que hablar a lo largo de los años.

Vacaciones

Las primeras fiestas grandes que vivían trás haber empezado la escuela eran las navidades. Siempre iban a Madrid a ver Cortilandia, el de Sol. Era como una tradición y más ahora que estaba la prince.
Los viajes a la capital siempre eran iguales para Joaquín.

- ¿Cuando llegamos?

Bueno a Madrid y a cualquier sitio que se tardará más de 5 minutos en coche.

Luego otra vez de vuelta a casa se repartían las fiestas, unos días en casa de los abuelos paternos y otros en los maternos. Como por parte de madre eran más hermanos, así como once, había muchísimos primos con los que jugar y lo mejor es que casi siempre estaban todos disfrazados, por eso Joaquín en aquellos días prefería ir con la familia de mama, aunque había una pega. La comida.
La comida e una casa era totalmente distinta a la de la otra, el pequeño prefería la comida de la familia de su padre que era mucho marisco y luego cochinillo asado, aunque mucho del marisco ni lo oliera porque casi todo era para su primo mayor, aún mas grande que su hermano.

En el parque

Cuando Joaquín salía de clase, su mama le estaba esperando. Siempre estaba con la prince, porque claro, no podía dejarla sola con lo pequeña que era. Era la hora de ir al parque al que solían llevar también a Luis para que jugasen juntos.
Por la zona de los columpios, donde siempre se ponían, una mujer un poco más alta que los niños solía pasear. Los pequeños, como todos los borrachos, no sabían mentir ... y tampoco tener la boca callada.
Empezaron a gritarle:

- 'Enana, enana'

Y claro, la mujer se enfadó y fue a pegarles.

Lo que les dio un susto de muerte ese día, y si no es por la mama de Joaquín quizás si les hubieran matado, les sirvió para aprender que Elisa, pues así se llamaba esa señorita, era muy fácil de enfadar y que el parque era una zona peligrosa donde había que tener cuidado.

Recreo

El recreo se dividía en dos turnos, primero salían los del piso de abajo, que venían a ser.

1º de Parvulitos, 2º de parvulitos, 1º de EGB, 2º de EGB y 3º de EGB.

Sálían a eso de media mañana a modo de no coincidir con los 'mayores' para que no ocurriesen accidentes. Los más pequeños, es decir la clase de Joaquín, tenían prohibidas algunas zonas del patio a modo que las maestras que estaban de guardia, porque a estos chicos había que vigilarlos de cerca, no los perdieran nunca de vista.

El hermano mayor de Joaquín también coincidia en este horario, y eso hacía que el pequeño se sintiera importante porque era uno de los pocos protegidos a los que los otros chicos no molestarían, y podría comerse sus tortas y sus colines ... sin temor a que se los robaran.

Casualidades

Pudiera ser que el destino empezara a mover sus fichas, o quizás que la suerte esta vez estuviera de cara para Joaquín. Su amigo tenía el mismo apellido que él lo que implicaba que estando en la misma clase y como siempre los colocaban por orden de lista ... siempre estaban juntos. En los grupos, que los solían hacer por proximidad, estaban juntos. Por lo general tenia a fulanito a su izquierda y a menganito .... mejor cambio de nombres.

Tenía a Luis a su izquierda y a Juan a su derecha, y eso se mantuvo inamovible muchísimos años, pero me estoy adelantando a la historia.

La clase de Joaquín era la de los más pequeños, tanto era así que tenían un baño a su medida y era muy gracioso ver a los de octavo ir a beber agua ... y tener que arrodillarse.

Despreocupación

A la salida del cole su mama iba a recogerle, al igual que las madres de la mayoría del resto de compañeros. En clase Joaquín casi no se relacionaba con nadie. Jugaba con los trastos del armario, aprendía canciones y también miraba a la maestra cuando los ponía frente a la pizarra.

Un día, en un parque junto a la escuela, su mama que estaba hablando con otra mama.

- Joaquín, este es Fulanito, dijo señalando al hijo de su amiga que a su vez era compañero de su clase, y es tu amigo.

Los dos juntos se fueron corriendo y riendo hacia los columpios. Ya tenía su primer amigo.

Aprendiendo

Las clases eran bastante grandes, en ellas habría unos 25 pequeñajos, todos alborotadores y gritones. Las mesas, muy bajitas, tenían forma hexagonal y estratégicamente todas estaban dispuestas a modo que ninguno de los estudiantes quedase sin ver la pizarra y claro, la maestra.

Había un armario lleno de juguetes, los cuales sólo les dejaban usar de vez en cuando. Les enseñaban canciones, no como las de la tele, otras distintas, y jugaban a juegos muy divertidos, pero otras veces, que cada vez eran más, les hacían poner las sillas mirando a la pizarra, todas en fila y a ellos sentaditos y callados atendiendo a la maestra.

La maestra dibujaba muy bien, pero los dibujos que hacía siempre eran los mismos y algunos aunque no eran iguales, ella les llamaba con el mismo nombre.

Esta es la 'A', decía la maestra sabiendo de sobra que todos los presentes pasaban de ella.

Parvus = Pequeño

El tiempo pasaba más o menos igual para el pequeño Joaquín. La única relación que tenía con otros niños se reducía a los de su familia. La prince ya era capaz de andar sobre sus piernitas regordetas, y la ropa .. seguía siendo una copia de la del mayor.

Era el final del verano cuando al parecer todo iba a cambiar, o al menos eso le decían. Volvió a ir de tiendas con su mama, y con su hermano claro, pero esta vez no sólo a comprar ropa si no también una mochilita, un estuchito, unas ceras y papel. Tenía que tener todo lo necesario para ir a primero de parvulitos.

Más gente

Relegado nuevamente al segundo plano todas las atenciones eran para la pequeña de la casa. Al fin los padres de Joaquín tenían lo que buscaban pocos años atrás, una niña. La ropa que habían comprado tiempo atrás para 'Joaquina' la sacaron para usarla con 'la prince', pues así llamaba su padre a la recien nacida.

De vez en cuando Joaquín, curioseaba a su hermana a través de los barrotes de la cuna. Allá siempre estaba el hermano mayor como si de su gran protector se tratara. También estaba casi siempre en la casa una prima suya que vivía muy cerquita. Sin darse cuenta empezaba a estar rodeado de gente, aunque él seguía prefiriendo ver Mazinger X, una pelicula de dibujos copia de Mazinger Z.

Gran noticia

Llegaba de la mano con su papa a la casa cuna, le llevaron pues no debaja de preguntar. ¿Donde está mama?

Con una caja de bombones bajo el brazo entró en la habitación donde, feliz como una lombriz, su madre le dio un par de besos grandísimos. El pequeño miraba con inquietud lo que le rodeaba, estaba lleno de amigos de sus padres y muchos otras personas que no había visto nunca.

Todas las miradas se centraban en una cuna chiquitita, y los más valientes se asomaban y sonreían. Uno de los que estaba allí tomo a Joaquín en brazos, para mostrarle mejor una cuna rodeada de flores. El pequeño estaba deseoso de poder llegar a ver esa cigüeña de la que todos hablaban pero era otra cosa lo que escondía esa camita, y según una mujer que llegó, debía ser muy importante ya que dijo que lo había oido anunciado en la radio.

"Los padres de Joaquín han tenido una niña."

Visita anunciada

Ahora que por fin tenía el truco de conseguir que le hicieran caso, un día empezaron a hacérselo sin necesitar que hiciese monerías. Todos le agasajaban y le daban regalitos, esos lo bastante grandes para que no se los tragara.

En ese periodo empezó a comprender como se sentía su hermano, tan querido, tan mimado. Su hermano era el típico que tenía todo lo que quería, hasta una moto de batería le regalaron. Si ahora te pueden tocar en la fería pero en aquellos entonces vamos, que no había otra en la ciudad.

El caso es que ahora él era el importante y era feliz. Lo único que no terminaba de entender era eso de que iba a venir ... la cigüeña.

Un mono de feria

Cuando no veía la tele o hacía algo que le distrajese, Joaquín se aburría como una ostra y como su hermano no le dejaba trastear con sus juguetes, pues de sobra sabía que más de uno acabaría roto o en la tripa del pequeño, volvía a su mundo de fantasía.

Joaquín en esos momentos, y sin darse cuenta, cantaba todas las canciones que conocía. Su familia, audaz en observar lo evidente, le veian feliz en ese estado y lo mejor de todo, no molestaba a nadie, así que le animaban a cantar haciendole fiestas tras cada interpretación. El pequeño descubrió por fin la forma de llamar la atención. Si no le miraban, cantaba más alto, tanto que incluso llegó a quedarse completamente afónico con tal de que le hicieran caso.

Escuchó algún comentario sobre que siempre cantaba lo mismo, esa fue la primera vez que le acusaban por algo que realmente había hecho, lo cual le llevo a decidirse a aprenderse muchas, pero muchas más canciones.

Hipnotizado

Maravillado por lo que sucedía todas las noches, y sobre todo por las peliculas de dibujos de la super ocho, empezó a encontrar increiblemente hipnotizadora la televisión.

Alejando la mente de toda su familia era capaz de pasar horas y horas mirando la caja tonta a la espera de que salieran más dibujos que le alegraran la vista. Sin entender de números ni horas, como un reloj, ya sabía perfectamente cuando en la tele ponían sus programas favoritos, donde siempre destacaban las series "El Bosque de Tallac" y "El Osito Misha".

Viendo la vida como si de un dibujo animado se tratara, empezó a saber disfrutar de un mundo paralelo donde se alejaba cuando le daba la gana, por lo que no era raro verle siempre con una sonrisa de oreja a oreja o tarareando, por no decir cantando fatal, multitud de canciones tanto de sus series como de anuncios.

Un avance

Todos los que ahora ven fotos de Joaquín a esa edad dicen lo mismo.

"Si parece bueno y todo".

Debe ser por eso que le concedieron la libertad vigilada, no es que fuera mucho pero, dejar de dormir en una jaula para ser un accesorio más de la habitación de su hermano le hacía ilusión. Ahora por fin podría participar de lo que fuera que hiciese que su hermano siempre quisiese que le acostara su papa.

En esas noches descubrió el mundo de los cuentos, tanto contados por su padre como por grabaciones en cinta de casette, y vió que no sólo salía el mayor en las películas del super ocho, también vivían allí tres cerditos y multitud de dibujos que le dejaron fascinado. Aunque todo eso lo viese de rebote, porque no dejaba de ser ... el invitado de su hermano.

Protagonismos

A partir de ese momento siempre vestían igual, mismos jerseis de colores chilloteros, mismos abrigos ... hasta el calzado. No importaba la climatología, tenían modelitos tanto para la nieve como para el sol.

En ese entonces Joaquín ya aparece en muchas más fotos e incluso en varios videos, no porque ahora fuese más mono o, al estar aprendiendo a hablar hiciera más gracia, sino porque era el accesorio perfecto del mayor. Como un Robin para Batman, un Little John para Robin Hood o incluso como un Fision boy para Radioactivo-man. Sea como fuere Joaquín era el segundo de abordo, el coprotagonista de la historia de su hermano.

Gotas de agua

Pasado su gran momento de fama tuvo que esperar bastante hasta que la ropa de su hermano empezó a escasear, y es que contra más grande es un niño más tiempo le dura la ropa, así que llegó el día en el que salió con mama a comprar sus primeros trajecitos, pantaloncitos, camisitas...

Sonreía para sí sabiendo que volvería a ser popular entre sus parientes y lo que más le gustaba era que 'el mayor', que iba a acompañarlos a comprar, serguro que se moriría de envidia porque ahora los trajecitos eran algo más bonitos que los que le compraron a él a su misma edad.

Su mama cogía cosas de varios estantes y de vez en cuando le acercaba algo para comprobar o bien el tamaño o bien lo colores. Joaquín disfrutaba viendo como su hermano intentaba elegir cosas y no le hacían caso.

Llegaron a casa y al fín, lejos de miradas indiscretas, era la hora de probarse lo adquirido. Estaba muy contento con su nueva ropa, aunque la expresión de su cara cambió cuando vio que él y su hermano iban vestidos igual, como dos gotas de agua.

Recuerdos y fotos

Tan chiquito como era por aquel entonces y a sabiendas que luego no recordaría bien aquel periodo de tiempo decidió, que nadie debería saber nada de lo que vivió, decidió, guardárselo para él, sólo para él. Pocos datos se tendrán de aquellos tiempos, pocas fotos, pocos videos ... porque claro, tener fotos de Joaquín con la ropa del mayor era como tener más fotos del mayor cuando tenía esa edad, aunque al primogenito que seguía siendo original, si le sacaban retratos y lo grababan con una Super 8 que, aunque no tenía sonido, hacía tiqui-tiqui constantemente.

La excepción llegó cuando Joaquín estrenó ropa. Vestido con una especie de traje de superman, tamaño niño y color blanco, lloró como un valiente cuando un señor que vestía también de blanco le echó agua fría, sin ninguna consideración, en una cabeza regordeta con cuatro pelos revueltos. Ese día todos querían hacerse fotos con él, pero claro, era normal pues su traje era el más chulo.

En los inicios

Hace aproximadamente ... mmm, bastantes años, cuando Joaquina no era si no un mero proyecto de sus padres, pues deseaban una niña, una fuerza sobrenatural cambió el curso de las cosas. Ya fuese debido al calor de un agosto muy largo, o quizas el inicio del primer viento frío de un septiembre adelantado, lo que debió por empezar siendo rosa terminó por ser azul y eso era algo que nadie esperaba.

Los papas de Joaquín, pues así le llamaron por ser chico, aún tenían ropa de su primer hijo para vestirle, lo cual evitó muchos malentendidos en los primeros dias en la vida del bebe, como tan chiquitos aún no llevan pendientes ..., a lo que vamos, los comienzos de este hombrecito ya empezaban a ser algo distintos al resto de muchos niños, aunque eso de que los menores heredaran la ropa de los mayores nunca ha sido nada raro. El caso es que desde que nació siempre fue el segundo en llegar y eso no había quien lo cambiara.

Prólogo

Dándose cuenta que todas sus ideas se habían plasmado en aquel libro, empezó a pensar que sería absurdo intentar contar sobre lo mismo ya que las historias no serían únicas, si alguna vez el manuscrito original volviera a aparecer.

Intentó idear nuevos cuentos basándose en sus antiguas creaciones pero todo era inútil, tanto que parecía un burdo plagio de lo que llegó a ser. De esta forma terminó por darse cuenta que sólo podría contar cosas que nadie más conociera y dado que era incapaz de volver a crear historias decidió empezar a contar su propia vida.

Él sabía que había relatos de su vida que no le gustaría que nadie supiera, así que cambió el nombre del protagonista a modo de distraer un poco la atención sobre su persona. A partir de ese momento el personaje principal de sus narraciones se llamaría Joaquín. Con una enorme sonrisa y esa idea en la cabeza empezó a esbozar lo que sería el renacer de los cuentos en este mundo.

Buscando Historias

Uno de los narradores, tras darse cuenta de la desaparición de las historias, decidió buscar a sus compañeros para tratar de volver a traer los cuentos a este mundo.

Era un trabajo nada fácil pues había pasado demasiado tiempo y todos los cuentistas que habían dedicado sus esfuerzos a la creación del libro supremo, se habían alejado tanto que ya era imposible juntarlos de nuevo.

Descorazonado, el narrador, se detuvo en el borde del camino y se puso a llorar. Otros caminantes hicieron un alto para interesarse por sus desventuras y si estaba en sus manos, consolarle. Él empezó a contar lo sucedido y todos los presentes atendían cautivados, de hecho, contra más hablaba más gente se paraba a escuchar.

Cuando terminó la narración y vio la emoción en las caras de los oyentes se dio cuenta que los cuentos existirían mientras hubiese ... cosas que contar.

Cuando el sol no había salido

Hace un tiempo, cuando el sol no había salido todavía, varios de los cuentistas más famosos de todos los tiempos decidieron escribir el mayor libro de historias jamás pensado.

Cada uno aportó sus mejores relatos, a modo que el libro quedara lo mejor posible, y entre todos le dieron forma con miles de retoques en todos los puntos imaginables: maquetación, encuadernación...

El libro estaba casi listo y sólo faltaba una historia, se había dejado al cargo de esta a uno de los cuentistas con más talento de todos y se esperaba el día que por fin se decidiera a acabarlo. Pasado un tiempo, cuando el sol ya había salido y se había dejado de prestar atención a este escritor, por fín tomo el libro para plasmar la última parte y así terminar lo que haría las delicias de los lectores de todo el mundo.

Ese mismo día viendo el libro acabado y sin decir palabra, desapareció con todos los escritos dejando este mundo ... sin cuentos.