jueves, 20 de septiembre de 2007

Vacaciones

Las primeras fiestas grandes que vivían trás haber empezado la escuela eran las navidades. Siempre iban a Madrid a ver Cortilandia, el de Sol. Era como una tradición y más ahora que estaba la prince.
Los viajes a la capital siempre eran iguales para Joaquín.

- ¿Cuando llegamos?

Bueno a Madrid y a cualquier sitio que se tardará más de 5 minutos en coche.

Luego otra vez de vuelta a casa se repartían las fiestas, unos días en casa de los abuelos paternos y otros en los maternos. Como por parte de madre eran más hermanos, así como once, había muchísimos primos con los que jugar y lo mejor es que casi siempre estaban todos disfrazados, por eso Joaquín en aquellos días prefería ir con la familia de mama, aunque había una pega. La comida.
La comida e una casa era totalmente distinta a la de la otra, el pequeño prefería la comida de la familia de su padre que era mucho marisco y luego cochinillo asado, aunque mucho del marisco ni lo oliera porque casi todo era para su primo mayor, aún mas grande que su hermano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye, ¿Y que comia la familia materna?... Recuerdo que cuando viajabamos por carretera mi hermano menor siempre cantaba la canción de 99 botellas de vino, pero el maldito era capas de llegar hasta el millón contal de hacernos desesperar.

Bito dijo...

Pareciera que hayas descrito mis navidades de niño... de hecho cuando he leído la palabra "cortilandia" hacía años que no pensaba en ello y vaya si he ido por allí años. Luego con la familia materna, que también es muy numerosa y lleno de primos, aunque no disfrazados. Claro que en mi caso la paterna tampoco se quedaba corta, y sí, también odiaba el marisco.

Me cae bien este Joaquín.

Brie dijo...

Oohh, mi familia siempre ha sido micromachine, cuatro gatos mal contaos... a ver si me lío con un príncipe y me pongo a criar infant@s como churros :D

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